martes, 10 de junio de 2008

¿Qué debe tener un comunicador cultural?

La primera condición necesaria para ser un comunicador cultural es amar el arte. Es imposible ser un buen profesional si no te sientes partícipe de aquello de lo que estás hablando, si no te gusta el mundo de la cultura y todo lo que esto conlleva.

En segundo lugar, tiene que ser una persona con un gran bagaje, estar especializada en aquello a lo que se dedica, ya sea referente al cine, a la música o a cualquier otra manifestación artística. Esto conllevará una renovación constante de conocimientos necesarios para estar al día de todas las tendencias y acontecimientos que estén vinculados al mundo de la cultura.

Tampoco ha de faltarle criterio ni capacidad crítica. De esta manera ayudará a su público a reflexionar sobre aquello de lo que habla. Deberá entrar a valorar positiva o negativamente una pintura, una fotografía o una pieza musical, pero siempre con humildad, puesto que él no es el autor de las mismas.

Finalmente, y a modo de conclusión, considero que la figura del comunicador cultural es totalmente imprescindible en nuestros días. Y digo esto porque muchas personas, que no todas, van a ver exposiciones a los museos, acuden a los conciertos en los teatros, pero realmente no tienen los conocimientos suficientes para entenderlo, no tienen cultura. Es aquí donde entra en juego el comunicador, quien transmitirá su saber y su pasión para que los demás sientan aquello que visiten o escuchen, para que entiendan, al fin y al cabo, el arte y los motivos de su existencia.

martes, 20 de mayo de 2008

¿Es posible otro periodismo cultural?

... Esta pregunta fue planteada la pasada semana en una mesa redonda dentro del II Congreso de Periodismo Cultural y Humanidades, que tuvo lugar en la Universidad Autónoma de Barcelona. Sin embargo la cuestión se quedó sin responder, y los ponentes no supieron llegar a una conclusión.

El debate, que estuvo moderado por José María Perceval, contó con la presencia de David Vidal, profesor de la UAB, David Castrillo, periodista y escritor, y Toni Vall, crítico de cine.

Los invitados a la mesa redonda fueron mostrando sus posturas acerca de lo que consideraban cultura. David Castrillo, con el que comparto opinión, se centró en la definición de cultura. Para él, cultura no sólo es ir a un museo o a un concierto, sino que también consiste en ser receptor y emisor de una serie de valores. Cultura como un instrumento para cambiar las cosas. Por otra parte, Toni Vall habló de la crítica, tema en el que es especialista. Se posicionó como defensor de una crítica apasionada y recalcó que era un “género que tiene que dar lo que otras piezas periodísticas no dan”.

A mi parecer, la mesa redonda no exprimió todo el “jugo” que podía haber sacado, puesto que se basó en una mera exposición individual de cada uno de los ponentes, lo que hizo que no se desarrollara ningún debate y no se planteara tampoco ninguna solución alternativa a la pregunta de si era posible o no otro tipo de periodismo cultural. Faltó interacción entre ellos y con el público. Un debate más participativo y centrado en el título de la conferencia hubiera sido más interesante.

domingo, 18 de mayo de 2008

40 años después


«Lo importante es que la acción haya existido cuando todo el mundo la creía imposible. Si ha pasado una vez, puede volver a ocurrir… » (Jean-Paul Sartre, 1968)

Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que en todo el planeta, la gente se lanzó a la calle. Les unía la rabia. La rabia por la guerra de Vietnam. La rabia por las jerarquías injustas. La rabia por el imperialismo. Rabia mundial.

Mayo del 68 fue un ejemplo de insurrección de la población en un país capitalista. Fue una de las mayores movilizaciones populares conocidas, en la que tuvo lugar la mayor huelga obrera. Una auténtica revolución cultural, una actitud de lucha por la igualdad, una necesidad de cambiar el mundo.

Hoy tenemos muchas razones para repetir aquel mayo del 68: la situación de Iraq, la ocupación de Palestina, el problema de la vivienda, la estructura piramidal, los crímenes de guerra, el secuestro de la libertad de expresión, y suma y sigue.

Hubo un tiempo, no tan lejano, en el que el compromiso social fue mayor que la falta de empatía de hoy en día. Como dijo una vez Silvio Rodriguez: “Pidamos lo imposible, porque de lo posible ya sabemos demasiado”.

martes, 13 de mayo de 2008

AGENCIA EUROPA

El pasado miércoles, 7 de mayo, las hermanas Lidia y Marina Gazzo, periodistas de la revista Agencia Europa, recibieron en Barcelona el Premio a la Trayectoria Europeísta, en manos de la Asociación de Periodistas Europeos de Cataluña.

Esta publicación fue fundada en 1953 por Ludovicco Riccardi, y su primer director fue Emanuele Gazzo, el padre de las hermanas. La revista constituye un importante boletín de noticias sobre la Unión Europea. Sus fuentes son principalmente institucionales, pero cada periodista realiza individualmente una ardua tarea de investigación.

La precisión de sus informaciones hace que haya un elevado número de abonados fuera de Europa, como Estados Unidos o China, que se muestran interesados por todo lo que acontece dentro de la UE. Es por esto que aunque la lengua original es el francés, la revista también se traduce al italiano y al inglés.

Aunque es de tradición familiar, muchos periodistas capacitados trabajan en este boletín. Cada uno de ellos especializado en un tipo de política, puesto que lo que se pretende es tratar con espíritu crítico todas las noticias referidas a la Unión Europea y comprender, de esta manera, la mentalidad de los nuevos países que se han incorporado.

lunes, 12 de mayo de 2008

NO LES PODRÁN PARAR

Llenos de fuerza y vitalidad, salieron al escenario. Y lo hicieron para demostrar que, a pesar de llevar más de 20 años de andadura, Celtas Cortos siguen manteniendo la ilusión del principio, las ganas de disfrutar y la necesidad de continuar transmitiendo todos sus deseos de solidaridad y de justicia a través de la mejor forma que ellos lo saben hacer: a través de la música.

La canción elegida para comenzar el concierto, que tuvo lugar a la una de la madrugada del pasado viernes en el municipio barcelonés de Moncada i Reixac, fue Benif Reel, un tema instrumental que aparecerá en su nuevo disco. Aunque ya está grabado, aún no se sabe con exactitud cual será la fecha de su lanzamiento, pero todo parece apuntar que verá la luz en el mes de septiembre bajo el título 40 de abril. “Un disco que habla de la vida misma, y que se caracteriza por ser sereno musicalmente, con un hilo conductor muy notable y sin abandonar el componente celta”, señala Alberto García, violinista del grupo. A lo que añadió Oscar García, bajista, que será un disco “maduro, profundo y bonito”.

A lo largo de la noche, aparte de la presentación de seis nuevos temas, se sucedieron míticas canciones de la banda vallisoletana como El emigrante, Qué voy a hacer yo, Tranquilo Majete o No nos podrán parar, que hicieron vibrar y saltar al público asistente. Tampoco faltaron los momentos mágicos, cargados de emotividad y sensibilidad. Esto ocurrió cuando se escucharon las melodías de flauta y violín en La Senda del Tiempo o 20 de abril que, acompañadas de la carismática voz de Jesús Cifuentes, lograron crear un ambiente sobrecogedor. En definitiva, un concierto que recopiló los mejores momentos de su trayectoria musical y personal.

“El paso de los años te da muchas vivencias y mucho bagaje, lo que te hace aprender de todo. Ahora somos mejores músicos, tenemos más claro lo que queremos hacer y lo que no. El tiempo da un aplomo muy importante”, comenta Oscar García. Y es que es precisamente tiempo lo que llevan estos vallisoletanos en el panorama musical, concretamente 21 años de conciertos, y muchas horas de ensayos y furgoneta.

Sus orígenes se remontan al año 86, cuando un grupo de jóvenes de conservatorio con influencias de jazz, folk y música clásica obtuvieron el primer premio de un concurso organizado por una discoteca de Valladolid. Es en ese momento cuando surge Celtas Cortos, cuyo nombre hace referencia a un popular tabaco sin filtro de la época. En 1989 graban su primer disco, Salida de emergencia, formado por temas instrumentales con bases de rock y melodías celtas. Un año después publicarían Gente Impresentable, en el que ya introducirían letras que contaban y denunciaban distintas situaciones.

El sueño de estos chicos se estaba haciendo realidad. Prueba de ello era la enorme cantidad de conciertos que ofrecían y el gran número de discos que vendían. En la década de los 90 aparecen sus trabajos más conocidos: Cuéntame un cuento, Tranquilo Majete o En estos días inciertos. En este último cobran especial protagonismo las guitarras con ritmos flamencos y los contenidos de denuncia y crítica. Su esfuerzo, su amor por la música y sus ganas de pasarlo bien les convirtieron en una banda referente en nuestro país y que contaba, además, con una proyección internacional.

Un año después de la grabación en directo de Nos vemos en los bares en el 97, que recopila 25 temas de los discos anteriores, se produce un pequeño giro musical. Es entonces cuando los componentes de Celtas Cortos, esta vez sin Cifuentes, se embarcan en El Alquimista Loco, al que definen como “un espíritu libre que reúne temas instrumentales de distintas influencias”. Este disco les llevó a tocar por teatros y, de esta manera, rescataron otra manera de entender y vivir la música.

En 1999 llegó Tienes la puerta abierta, su disco más electrónico, cuyas canciones hablan de la necesidad de cambio del mundo, de los que sufren, del odio a los políticos y a las leyes del mercado. Tras éste, Cifuentes decide tomar otros derroteros y abandona el grupo, formando otro proyecto musical: La Calaña Sound. En este momento entra nuevo componente a la banda, Antúan, que sustituye a Jesús. C´est la vie surge en el 2003 como pregunta a qué es esta vida, qué estamos haciendo con ella, intentando buscar un sentido

y la posibilidad de comprensión entre seres humanos. “Con nuestra música pretendemos entendernos y que nos entiendan, que lo que estás diciendo tenga alguna cabida dentro de la cabeza del que está escuchando. Es lo mínimo que se le puede pedir a una expresión artística, que haya una proyección y una pared donde se proyecte esto”, afirma Alberto García.

Celtas Cortos siempre ha sido un grupo caracterizado por el directo y por su implicación en causas sociales. Para ello han actuado de forma benéfica para distintos colectivos y, además, han destinado gran parte de sus fondos a escuelas de Palestina y Nicaragua.

A pesar de las idas y venidas de varios miembros del grupo, entre ellas las marchas de algunos de los más históricos como Carlos Soto o Nacho Castro, cada uno de ellos contribuyó con su aportación a enriquecer las canciones que iban surgiendo. En el 2006 deciden volver a cantar con Cifuentes, justo cuando Celtas Cortos cumplía 20 años desde su nacimiento. La mejor manera para celebrarlo fue una recopilación de sus mejores temas con la incorporación de algún que otro nuevo, todo ello unido a una intensa gira de conciertos por lo largo y ancho del país.

“Celtas Cortos sigue existiendo porque hay un grupo de personas con ganas de salir adelante y, sobre todo, porque nos une una gran amistad que hace que nos lo pasemos muy bien en el escenario”, afirma Oscar. Ahora se encuentran en un momento de emoción, como indica el título de la canción de uno de sus nuevos temas. Se muestran contentos y aseguran que aún les queda cuerda para rato. Que 20 años no es nada para unos profesionales de la música. Con las pilas cargadas, con más de 30 conciertos previstos para este verano y con la seguridad de que nadie les va a parar, y es que aún les quedan muchas ganas de luchar.

martes, 6 de mayo de 2008

Atentado cultural en Irak

“¿Me preguntáis por el saqueo de Bagdad? Fue tan horrible que no hay palabras para describirlo. Ojalá hubiese muerto antes y así no habría visto a los necios destruir esos tesoros del conocimiento y la sabiduría. Creía que comprendía el mundo, pero este holocausto es tan extraño y tan injustificado que me ha dejado sin habla. Las revoluciones del tiempo y sus decisiones han acabado con toda razón y todo conocimiento”. El poeta persa Saadi de Shiraz, describiendo el saqueo de Bagdad ordenado por Hulagu, nieto de Gengis Jan, 1258.


Durante casi un milenio, Bagdad fue la capital cultural del mundo árabe, la población más cultivada de Oriente Próximo. El nieto de Gengis Jan incendió la ciudad en el siglo XIII y arrasaron con su cultura. Arrojaron al Tigris los manuscritos que habían producido sus notables pensadores y, según se decía, el río fluyó negro a causa de la tinta de los libros.


No hay que irse tan lejos, en pleno siglo XXI, concretamente en el año 2003, Bagdad sufrió una de las atrocidades jamás imaginada. Se produjo un atentado contra el conocimiento y la sabiduría. La capital iraquí perdió su riqueza cultural. Los saqueos que tuvieron lugar en la ciudad terminaron con auténticas reliquias de la Historia.

“Ni en todos mis sueños de destrucción habría imaginado que un día entraría al Museo Arqueológico Nacional de Irak y encontraría profanados sus tesoros. Todo estaba esparcido por los suelos, decenas de miles de piezas, las antigüedades de valor incalculable de la historia iraquí. Los saqueadores habían ido de un estante a otro y habían derribado sistemáticamente las estatuas, las vasijas y las ánforas de asirios, babilonios, sumerios, medos, persas y griegos”. Así recuerda el corresponsal británico, Robert Fisk, en su libro La Gran Guerra por la Civilización. La conquista de Oriente Próximo los robos que se acontecieron en Bagdad durante la invasión estadounidense de 2003.




Distintos grupos de ladrones destrozaron embajadas, edificios y ministerios. La sede central de UNICEF, que había intentado salvar la vida de millones de niños iraquíes desde la década de 1980, fue devastada y los informes de la ONU sobre enfermedades infantiles, nutrición e índices de mortandad sobre el embarazo acabaron esparcidos por los suelos. Los estadounidenses podían pensar que habían “liberado” Bagdad, pero aquellas decenas de miles de ladrones -familias enteras que llegaban a la ciudad en camiones y coches en busca de un botín- parecían tener una idea muy diferente de qué significaba “liberación”. Esto implicaba una gran violación de la Convención de Ginebra de 1949. Como fuerza de la ocupación, los Estados Unidos eran responsables de proteger las embajadas y las oficinas de la ONU en la zona que controlaba. Cuando una fuerza de ocupación toma el control del territorio de otro país, pasa automáticamente a ser responsable de la protección de sus civiles, de sus propiedades, e instituciones.


“Los carroñeros de Irak robaban y destruían todo lo que los estadounidenses les dejaban saquear y quemar…pero un recorrido en coche de dos horas por Bagdad dejaba ver con toda claridad qué intentaban proteger los Estados Unidos, supuestamente para su propio uso. Tras días de incendio y pillaje recopilé una lista breve pero reveladora. Las tropas estadounidenses se habían sentado a esperar mientras la turba destrozaba y luego prendía fuego a los ministerios de Planificación, Educación, Comercio, Industria, Asuntos Exteriores, Cultura e Información. No hicieron nada para impedir que los saqueadores destruyeran tesoros de valor incalculable de la historia iraquí en el Museo Arqueológico de Bagdad y en el museo septentrional ciudad de Mosul, ni que arrasaran tres hospitales. Sin embargo, desplegaron cientos de soldados dentro de dos ministerios que seguían intactos: el Ministerio de Interior y el Ministerio de Petróleo”, afirma Fisk.

Los yacimientos petrolíferos y, aún más importantes, sus enormes reservas, quizá las mayores del mundo, estaban asegurados, sellados y a salvo de la turba y los saqueadores, y podrían compartirse con las compañías petroleras estadounidenses. Aquello dejaba entrever los verdaderos objetivos de la guerra de los Estados Unidos. El gobierno de Bush insistía en que el Ministerio del Petróleo era una parte fundamental del patrimonio de Irak, sin embargo ¿no era el Ministerio de Comercio o el de Educación primordiales para el próximo Gobierno iraquí?

“Era lamentable. Después de haber dejado que destrozaran el equivalente a miles de millones de dólares en edificios gubernamentales, ordenadores y archivos, los estadounidenses detenían a adolescentes que se llevaban sillas de segunda mano sin ningún valor en sus carros tirados por mulas”, recuerda el corresponsal.

El 14 de Abril, la Biblioteca y los Archivos Nacionales – un tesoro inestimable de documentos otomanos que englobaban también los archivos reales de Irak – quedaron reducidos a cenizas. Para Irak ese era el Año Cero; con la destrucción del Museo de Antigüedades y la quema de de los Archivos Nacionales y, después, de la biblioteca coránica del ministerio, la identidad cultural de Irak estaba siendo borrada. Los Archivos Nacionales no sólo guardaban los registros otomanos del Califato, sino también los días más oscuros de la historia moderna del país, relatos manuscritos de la guerra Irán-Irak de 1980-1988 con fotografías personales y diarios militares, toda una hemeroteca de periódicos occidentales y copias en microficha de periódicos árabes que se remontaban hasta principios del siglo pasado.


El pueblo de Bagdad se pregunta quién está detrás de la destrucción de su patrimonio cultural, del saqueo de los tesoros arqueológicos del Museo Nacional, de la quemda de todos los archivos otomanos, reales y estatales, y de la biblioteca coránica, así como de la inmensa infraestructura del país. ¿A quién beneficia que Irak quede dividido, quemado, despojado de su historia, destruído?


lunes, 21 de abril de 2008

Por los que arriesgaron su vida en Iraq ejerciendo el periodismo

Esta tarde se ha presentado en Madrid "Matar al mensajero. José Couso y los caídos en Iraq", un libro de la periodista Ana María Plana Caloto. En él se analiza la imagen idealizada del corresponsal de guerra y cómo difiere ésta de la realidad.

Cinco años han pasado desde que el ejército estadounidense disparó contra el Hotel Palestina, donde se encontraba la prensa internacional que cubría la guerra de Iraq. Esa explosión de “fuego amigo” acabó con la vida del cámara de Telecinco José Couso. Desde entonces, la familia no cesa de repetir que aquello fue un crimen de guerra. De igual manera, la profesión periodística recuerda que Iraq fue el conflicto en el que se perfeccionaron las técnicas de censura y manipulación.

Ana Mª Plana, su autora, pretende reflejar cómo trabajaron los periodistas que cubrieron el conflicto y recopilar lo acontecido en torno a la figura de José Couso. Descubriremos como, más que en ninguna otra guerra, en Iraq, la primera víctima fue la verdad. Todo analizado minuciosamente y apoyado en datos y declaraciones de sus afectados más directos, destacando la extensa entrevista que el político Julio Anguita concedió a la autora. Ediciones Absalon apuesta por este tema de actualidad. Un ciudadano libre debe estar bien informado. Con el asesinato de un periodista, perdemos todos.

A la conferencia han asistido Javier Couso, hermano del periodista asesinado, Juan Pedro Valentín, director de Público, Jon Sistiaga, redactor de Cuatro, Carlos Hernández, director de comunicación del PSOE, y Montserrat Domínguez, de cadena SER.