martes, 6 de mayo de 2008

Atentado cultural en Irak

“¿Me preguntáis por el saqueo de Bagdad? Fue tan horrible que no hay palabras para describirlo. Ojalá hubiese muerto antes y así no habría visto a los necios destruir esos tesoros del conocimiento y la sabiduría. Creía que comprendía el mundo, pero este holocausto es tan extraño y tan injustificado que me ha dejado sin habla. Las revoluciones del tiempo y sus decisiones han acabado con toda razón y todo conocimiento”. El poeta persa Saadi de Shiraz, describiendo el saqueo de Bagdad ordenado por Hulagu, nieto de Gengis Jan, 1258.


Durante casi un milenio, Bagdad fue la capital cultural del mundo árabe, la población más cultivada de Oriente Próximo. El nieto de Gengis Jan incendió la ciudad en el siglo XIII y arrasaron con su cultura. Arrojaron al Tigris los manuscritos que habían producido sus notables pensadores y, según se decía, el río fluyó negro a causa de la tinta de los libros.


No hay que irse tan lejos, en pleno siglo XXI, concretamente en el año 2003, Bagdad sufrió una de las atrocidades jamás imaginada. Se produjo un atentado contra el conocimiento y la sabiduría. La capital iraquí perdió su riqueza cultural. Los saqueos que tuvieron lugar en la ciudad terminaron con auténticas reliquias de la Historia.

“Ni en todos mis sueños de destrucción habría imaginado que un día entraría al Museo Arqueológico Nacional de Irak y encontraría profanados sus tesoros. Todo estaba esparcido por los suelos, decenas de miles de piezas, las antigüedades de valor incalculable de la historia iraquí. Los saqueadores habían ido de un estante a otro y habían derribado sistemáticamente las estatuas, las vasijas y las ánforas de asirios, babilonios, sumerios, medos, persas y griegos”. Así recuerda el corresponsal británico, Robert Fisk, en su libro La Gran Guerra por la Civilización. La conquista de Oriente Próximo los robos que se acontecieron en Bagdad durante la invasión estadounidense de 2003.




Distintos grupos de ladrones destrozaron embajadas, edificios y ministerios. La sede central de UNICEF, que había intentado salvar la vida de millones de niños iraquíes desde la década de 1980, fue devastada y los informes de la ONU sobre enfermedades infantiles, nutrición e índices de mortandad sobre el embarazo acabaron esparcidos por los suelos. Los estadounidenses podían pensar que habían “liberado” Bagdad, pero aquellas decenas de miles de ladrones -familias enteras que llegaban a la ciudad en camiones y coches en busca de un botín- parecían tener una idea muy diferente de qué significaba “liberación”. Esto implicaba una gran violación de la Convención de Ginebra de 1949. Como fuerza de la ocupación, los Estados Unidos eran responsables de proteger las embajadas y las oficinas de la ONU en la zona que controlaba. Cuando una fuerza de ocupación toma el control del territorio de otro país, pasa automáticamente a ser responsable de la protección de sus civiles, de sus propiedades, e instituciones.


“Los carroñeros de Irak robaban y destruían todo lo que los estadounidenses les dejaban saquear y quemar…pero un recorrido en coche de dos horas por Bagdad dejaba ver con toda claridad qué intentaban proteger los Estados Unidos, supuestamente para su propio uso. Tras días de incendio y pillaje recopilé una lista breve pero reveladora. Las tropas estadounidenses se habían sentado a esperar mientras la turba destrozaba y luego prendía fuego a los ministerios de Planificación, Educación, Comercio, Industria, Asuntos Exteriores, Cultura e Información. No hicieron nada para impedir que los saqueadores destruyeran tesoros de valor incalculable de la historia iraquí en el Museo Arqueológico de Bagdad y en el museo septentrional ciudad de Mosul, ni que arrasaran tres hospitales. Sin embargo, desplegaron cientos de soldados dentro de dos ministerios que seguían intactos: el Ministerio de Interior y el Ministerio de Petróleo”, afirma Fisk.

Los yacimientos petrolíferos y, aún más importantes, sus enormes reservas, quizá las mayores del mundo, estaban asegurados, sellados y a salvo de la turba y los saqueadores, y podrían compartirse con las compañías petroleras estadounidenses. Aquello dejaba entrever los verdaderos objetivos de la guerra de los Estados Unidos. El gobierno de Bush insistía en que el Ministerio del Petróleo era una parte fundamental del patrimonio de Irak, sin embargo ¿no era el Ministerio de Comercio o el de Educación primordiales para el próximo Gobierno iraquí?

“Era lamentable. Después de haber dejado que destrozaran el equivalente a miles de millones de dólares en edificios gubernamentales, ordenadores y archivos, los estadounidenses detenían a adolescentes que se llevaban sillas de segunda mano sin ningún valor en sus carros tirados por mulas”, recuerda el corresponsal.

El 14 de Abril, la Biblioteca y los Archivos Nacionales – un tesoro inestimable de documentos otomanos que englobaban también los archivos reales de Irak – quedaron reducidos a cenizas. Para Irak ese era el Año Cero; con la destrucción del Museo de Antigüedades y la quema de de los Archivos Nacionales y, después, de la biblioteca coránica del ministerio, la identidad cultural de Irak estaba siendo borrada. Los Archivos Nacionales no sólo guardaban los registros otomanos del Califato, sino también los días más oscuros de la historia moderna del país, relatos manuscritos de la guerra Irán-Irak de 1980-1988 con fotografías personales y diarios militares, toda una hemeroteca de periódicos occidentales y copias en microficha de periódicos árabes que se remontaban hasta principios del siglo pasado.


El pueblo de Bagdad se pregunta quién está detrás de la destrucción de su patrimonio cultural, del saqueo de los tesoros arqueológicos del Museo Nacional, de la quemda de todos los archivos otomanos, reales y estatales, y de la biblioteca coránica, así como de la inmensa infraestructura del país. ¿A quién beneficia que Irak quede dividido, quemado, despojado de su historia, destruído?


1 comentario:

Silvia Fernández de Arriba dijo...

En todas las invasiones son la cultura y la historia autóctonas los aspectos que acaban siendo siempre más perjudicados. Es una lástima, pero muchas veces el dinero (en el caso de Irak el petróleo), no entiende de cultura...