domingo, 20 de abril de 2008

Sin alfombras rojas

El Festival de Cine del Sahara (FISáhara) celebra su quinta edición. Este proyecto surge con el objetivo de hacer llegar a la opinión pública internacional la situación que vive el pueblo saharaui y buscar una solución a las necesidades de los refugiados de los campamentos de Tinduf. Para ello se han puesto en marcha actividades de difusión cultural en el marco cinematográfico.

Desde 1976, cuando España abandona los territorios que conforman su antigua colonia del Sáhara Occidental, Marruecos inicia una invasión militar en el territorio saharaui, conocida como “marcha verde”. Es así como comienza una guerra entre el Frente Polisario, legítimo representante del pueblo saharaui, y el Reino de Marruecos. Guerra para la que se alcanzará un alto al fuego en 1991, a través de un plan de paz para el Sáhara Occidental mediado por la ONU y la OUA. Dicho plan prevé la celebración de un referéndum de autodeterminación en el que el pueblo saharaui pueda decidir libremente su destino. Desde aquel entonces, los permanentes obstáculos puestos por la administración marroquí han ido retrasando el proceso hasta llevarlo a la situación de estancamiento en el que se encuentra en la actualidad.

Desde aquel momento tuvo lugar el éxodo saharaui. Muchas personas tuvieron que abandonar su tierra por la fuerte represión marroquí. Los que consiguieron atravesar el desierto se instalaron en la hammada argelina de la región de Tinduf, “el desierto del desierto”. Además de la escasez de agua, luz eléctrica y alimentos, se suman las duras condiciones climáticas que tienen que soportar. Aproximadamente son 200.000 los que soportan el exilio injustificado, en su mayoría mujeres y niños, que viven en la extrema pobreza. Resisten con dignidad luchando por sobrevivir.

Durante cinco días, los campamentos de refugiados se convierten en un escenario de cine con proyecciones, mesas redondas con profesionales de cine, y actividades diversas, como conciertos y una fiesta de clausura. Un jurado popular entrega los Premios Rosa del desierto, el ganador recibe un camello blanco, símbolo de reconocimiento del pueblo saharaui.

“El festival es importante para conocer otras culturas, pero el objetivo es que en próximas ediciones puedan proyectarse también películas realizadas por saharauis”, explica Tiba Sidi, responsable del Polisario para el FISáhara.


Este año han participado en el Festival actores como Javier Bardem, Carmelo Gómez y Guillermo Toledo, y músicos como el conocido Manu Chao, que han decidido aportar su granito de arena a esta causa, a la de los olvidados. Este festival, a diferencia de otros, no quiere alfombras rojas.

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