lunes, 14 de abril de 2008

Vidas minadas

El silencio se hace mayor según vas adentrándote en cada unas de las historias, hasta llegar a quedarte sin habla por el horror, por la desolación de los que sufren. Ayer, 13 de abril, finalizó en Barcelona una gran exposición. Me estoy refiriendo a Vidas Minadas, un proyecto fotográfico de sensibilización llevado a cabo por el periodista Gervasio Sánchez. Un trabajo excelente, que nos muestra la dura realidad que sufren las víctimas de las minas antipersona. Y es que cada año son 15.000 las personas afectadas. A pesar de esta cifra totalmente preocupante, continúa la pasividad de los gobiernos y la falta de empatía de la sociedad.

Mónica Paola Ojea, de Bucaramanga (Colombia) quedó ciega y manca el 21 de febrero de 2003 tras la explosión d una mina cuando volvía del colegio. La deflagración la hizo volar por los aires.

Sofía Elface Fumo, de Boane (Mozambique). En noviembre de 1993 pisó una mina. Sus piernas quedaron cercenadas en el lugar de la explosión Después de siete años con las mismas prótesis y después de haber superado dos embarazos, viajó a Barcelona para cambiarlas.

Manuel Orellana (El Salvador) perdió sus dos piernas cuando recogía café en un campo minado, pocos días antes de que acabara la guerra, en 1999.


Adis Samjic, de Sarajevo (Bosnia Herzegovina). Tiene 25 años, canta hip hop y vive en una pensión para mutilados de guerra. En 1996 perdió el ojo izquierdo y el brazo derecho. Desde entonces ha pasado por más de 30 operaciones quirúrgicas. Ahora está casado con Nadia Breto.

Fanar Zekni, de Lajan (Kurdistán iraquí). Perdió las piernas en 1996, cuando tenía 6 años. Todavía recuerda aquel niño que hacía acrobacias mientras esperaba su turno en la fila.



A pesar de su sufrimiento, de sus secuelas físicas y psicológicas, estos héroes anónimos siguen su vida, intentando buscar la felicidad. Es admirable como ofrecen en muchas fotos la mejor de sus sonrisas. El coraje y la superación como armas de lucha.

Además, esta exposición coincide con el décimo aniversario del Tratado de Otawa, por el que 151 países se comprometieron a luchar contra las minas antipersona. Una de las debilidades que presenta el Tratado es que hay cinco países fuera del mismo que producen 160 millones de minas almacenadas, entre ellos, Estados Unidos, Rusia y China. En cuanto a los países firmantes, sólo se ha dedicado un 10% de la cantidad necesaria para financiar los programas de rehabilitación de las víctimas. Harían falta 1.100 años y 30.000 millones de euros para erradicar todas las minas plantadas en 78 países de todo el mundo. Colombia, Camboya, Angola, Bosnia o Iraq son los más afectados.

Resulta sorprendente como para localizar, desactivar y destruir una mina, que sólo cuesta 3 euros aproximadamente, se necesitan casi 750 euros. El trabajo de Gervasio Sánchez es fundamental para seguir denunciando esta tragedia, esta exportación de muerte. Periodismo de sensibilización, tan necesario hoy en día.


1 comentario:

Tomás dijo...

"Hace 20 años, los semanarios y los dominicales se hubieran peleado por reportajes similares. Hace 10 años, ya en plena efervescencia del transformismo ideológico, algunos se hubieran apiadado de mis víctimas y hubieran permitido que sus tragedias fueran conocidas Hoy, tengo serias dificultades para publicar mis trabajos en el mercado actual" (Gervasio Sánchez)

“Nuestro equipo de fotografía es más pequeño […] porque nos apoyaremos en las agencias. También habrá coberturas exclusivas, pero creo que no tiene sentido mandar un fotógrafo propio a la rueda de prensa del político de turno, donde ya hay cuatro fotógrafos de las agencias” (Ignacio Escolar, Público).

¿Por qué alguien debería jugarse la vida en un conflicto olvidado cuando el capital premia social y económicamente el último retrato de Scarlett Johansson?